El Gobierno jerarquiza el desarrollo de la "marca país", para incentivar, por lo menos en teoría, el mercado internacional.
Estimulado o no dicho mercado (y aunque ha disminuido la presencia de Venezuela en las ferias internacionales), es un hecho que el trabajo en la imagen nacional tiene plena actividad. "Actividad por demás…", dicen algunos analistas de marca, observando que con alta frecuencia se hace cambio de eslóganes, tipo de letras, diseño o fondo visual.
"Elige tú", "Venezuela, donde renacen tus sueños", "Venezuela de Corazón", "Venezuela, un país 8 estrellas", "Venezuela, conoce tu destino" (este último, vigente) son algunos de muchos eslóganes de los últimos años.
El problema es que ninguno dura lo suficiente como para posicionarse. Cada vez que se "renuevan" las autoridades en el Ministerio de Turismo o de Comunicaciones, no se sigue la línea comunicacional anterior.
Generalmente las marcas mantienen su imagen con bastante permanencia en el tiempo y hacen actualizaciones solo con pequeños refrescamientos esporádicos. Pero lejos estamos de eso.
Otra consecuencia de tanto cambio es que muchas entidades siguen utilizando folletería impresa con logos "viejos", lo que genera cierta confusión, o deben pagar altas sumas por el reemplazo de sus materiales.
Pero lo que sucede no es necesariamente un "error comunicacional", sino un reflejo de los procesos internos que hoy vivimos. Así como la marca país cambia continuamente, Venezuela también busca su identidad, prueba otros modelos y superpone propuestas. Su imagen no escapa de ello.
"Elige tú", "Venezuela, donde renacen tus sueños", "Venezuela de Corazón", "Venezuela, un país 8 estrellas", "Venezuela, conoce tu destino" (este último, vigente) son algunos de muchos eslóganes de los últimos años.
El problema es que ninguno dura lo suficiente como para posicionarse. Cada vez que se "renuevan" las autoridades en el Ministerio de Turismo o de Comunicaciones, no se sigue la línea comunicacional anterior.
Generalmente las marcas mantienen su imagen con bastante permanencia en el tiempo y hacen actualizaciones solo con pequeños refrescamientos esporádicos. Pero lejos estamos de eso.
Otra consecuencia de tanto cambio es que muchas entidades siguen utilizando folletería impresa con logos "viejos", lo que genera cierta confusión, o deben pagar altas sumas por el reemplazo de sus materiales.
Pero lo que sucede no es necesariamente un "error comunicacional", sino un reflejo de los procesos internos que hoy vivimos. Así como la marca país cambia continuamente, Venezuela también busca su identidad, prueba otros modelos y superpone propuestas. Su imagen no escapa de ello.
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